Los padres del chico, destrozados, lamentan no haber sido plenamente conscientes del sufrimiento por el que su hijo estaba pasando, pese a que sí se habían quejado al instituto del acoso que sufría. “Debería haber notado que algo iba mal, pero parecía feliz”, ha declarado su madre, Gena Parker. Al parecer, tras descubrir el cuerpo ahorcado del chico, sus padres encontraron una nota manuscrita en la que podía leerse “por favor, ayúdame mamá”. Su abuela, Ruby Harris, sí parecía tenerlo más claro. Según ha contado, el chico le dijo que sentía como si una gran piedra le oprimiera el pecho, y que lo único que deseaba era poder quitársela de encima y respirar.
La muerte de Phillip Parker se produce apenas mes y medio después de que otro adolescente gay de Tennessee, Jacob Rogers, se quitara la vida tras sufrir también acoso homofóbico, y pocos días después del suicidio de otros dos jóvenes tras años de sufrimiento por la misma causa: Jeffrey Fehr, de 18 años, y Eric James Borges, de 19 (este último, además, crecido en el seno de una familia cristiana fundamentalista que incluso intentó exorcizarlo). Son solo algunos de los casos de suicidio adolescente que hemos recogido en los últimos años, que desgraciadamente no cesan, y que probablemente represente solo la punta del iceberg.
Tennessee, poco proclive a combatir el bullying homófobico
Más allá de casos concretos, como el de la escuela cristiana que hace pocas semanas prohibía la mención de la homosexualidad, Tennessee es un estado en el que no resulta precisamente fácil implementar políticas contra el bullying homófóbico. En mayo de 2011 el Senado de Tennesseedaba su visto bueno a un proyecto de ley con la intención de prohibir a los profesores de las escuelas elementales y medias del estado (equivalentes a primaria y primer ciclo de secundaria en España, es decir, hasta los 13 o los 14 años) hacer mención de la homosexualidad en clase. El proyecto, también conocido como “don’t say gay” (“no digas gay”), fue promovido por el republicano Stacey Campfield, que lleva varios años luchando por sacarlo adelante.
La medida no ha llegado a entrar en vigor al haber quedado pendiente de ratificación por la Cámara de Representantes del estado, pero no se descarta su futura aprobación. Mientras tanto, los conservadores de Tennessee promueven otro proyecto que dificultaría combatir el bullying homofóbico cuando los acosadores se ampararan en razones religiosas para justificar sus puntos de vista contrarios a la homosexualidad.