AFIRMAN QUE TRES CHICOS LES DIERON SENDOS PUÑETAZOS Y LES INSULTARON
Los hechos ocurrieron hace veinte días en la Vuelta del Castillo, a primera hora
Dos vecinos de Pamplona, de 18 años de edad, hicieron ayer pública la denuncia sobre la agresión que sufrieron el pasado sábado 6 de abril a manos de otros tres chicos que les "insultaron y golpearon" al ver que se estaban besando en la Vuelta del Castillo. Después de recibir sendos puñetazos, los dos jóvenes acudieron al Hospital de Navarra, donde recibieron una primera asistencia médica, aunque prefirieron no denunciar lo ocurrido ante la Policía para preservar la situación personal de uno de ellos.
PAMPLONA. Según el testimonio de uno de estos jóvenes, la agresión de carácter homófobo tuvo lugar sobre las 8.30 horas, en una zona próxima a los fosos de la Ciudadela, "cuando ya estábamos despidiéndonos". En ese momento, ambos percibieron que se les acercaban a gran velocidad otros tres chicos, "de entre 16 y 19 años de edad", según apreciaron en ese momento. "Se separaron y cogieron a mi amigo, y lo echaron para atrás. En ese momento, otro vino y me dio un puñetazo en el estómago", contó ayer el joven a este periódico.
A continuación, según el mismo relato, otro de los chicos propinaba un puñetazo en la cara a su amigo cuando se levantaba del suelo. "Nos pillaron por sorpresa, no pensábamos que algo así pudiera ocurrir en Pamplona, que por estar con un amigo alguien viniera y te golpeara de esa forma", explicó el joven, que negó que los agresores presentaran estética neonazi o de ultraderecha". "Tampoco nos fijamos en las caras porque todo pasó muy rápido, pero por la apariencia no sabemos si venían de fiesta o iban al monte, porque llevaban una mochila y un palo para andar", añadió.
Después de la agresión física, los tres chicos salieron huyendo, mientras lanzaban insultos y frases homófobas a la pareja. "Nos dijeron que no querían que viviéramos en el país que ellos querían construir y que nos fuésemos a Uganda", en referencia a la ley antihomosexual que se promueve en el citado país africano.
Los dos jóvenes se encaminaron esa misma mañana al Hospital de Navarra, donde fueron atendidos de los golpes recibidos. Aunque en el centro hospitalario les preguntaron por lo ocurrido por si era susceptible de ser denunciado, ambos decidieron no ir a la Policía. "Mi amigo no tiene una situación fácil en casa porque se desconoce su condición sexual e ir a la Policía podía suponerle más problemas", lamentó el joven. Fue él mismo quien decidió solicitar asesoramiento a la asociación Kattalingorri, cuyos voluntarios le recomendaron que hiciera pública la denuncia de esta agresión. "Queremos que todo el mundo se entere de lo que ha pasado. Nunca me imaginé que por besar a alguien pudieran pegarte. Ni siquiera estábamos en medio de la calle, sino que estábamos muy apartados. Que pasen cosas como estas en Pamplona, en pleno siglo XXI, no se puede permitir".
INCOMPRENSIBLE El joven no sabe qué les molestó exactamente a sus agresores. "Yo veo a dos chicos besarse por la calle y no molesta, lógicamente. Así que no puedo entender qué tipo de país quieren, tanto que hablaban cuando se marchaban". Aunque ahora afirma estar "un poco mejor", después de lo ocurrido se encontraba temeroso. "Al principio tenía miedo. Estando con gente no, pero cuando ya me quedé solo me sentía inseguro, pensando que se podían haber quedado con mi cara".
Asumidos los hechos, el joven reunió la valentía suficiente para darlos a conocer a la opinión pública. "No quiero que algo así vuelva a ocurrir, por eso quiero que salga a la luz. Una agresión como esta nunca la había imaginado, aunque sí es cierto que en redes sociales de Internet, como Twitter o Tuenti, hay grupos neonazis que dicen muchas cosas, como que nos deberían quemar o exterminar, y eso debería estar prohibido".
Aunque entiende que la agresión que sufrió hace dos semanas y media fue un "hecho puntual" y que la homosexualidad es aceptada de forma general, el joven considera que a la sociedad "aún no le gusta visualizar el colectivo", lo que genera conflictos. "El pasado fin de semana, cuando iba con un amigo por la Ciudadela, un grupo de chavales de 15 años nos gritaron que iban a lanzarnos piedras por ser maricones. Son momentos muy desagradables y que no tienen razón de ser en una sociedad libre y democrática", sentencia.
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